Un neurocirujano, la diferencia entre la vida y la muerte en países de baja renta

Imagina que acabas de sufrir un accidente de tráfico. Te has golpeado fuertemente la cabeza y estás sangrando. Es posible que tengas un traumatismo craneoencefálico. En España podrás encontrar a un especialista que te ayude en menos de una hora: una ambulancia o un helicóptero medicalizado te llevará hasta el hospital más cercano donde trabaje un neurocirujano. En Sierra Leona, nadie podría ayudarte. Allí, como en otros 30 países del mundo, no ejerce ninguno. Tu suerte sería tan desigual si te hubieran diagnosticado un tumor o una hemorragia cerebral.

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